Puedes consultar también
El trabajo debe ser personal; no basta con recopilar y pegar información de varias fuentes. Debes conjuntar, armonizar, la información, reorganizándola a tu manera, de la forma que veas más inteligible para presentarla a otros.
Aporta tu visión o enfoque personal. No dudes en cambiar el orden o el planteamiento de la información.
Si te surgieron dudas que has podido resolver, inclúyelas como tales, así como la forma como las has resuelto.
Si el entorno es informal, incluye explícitamente las dudas que te han surgido aun si no las pudiste resolver. No temas dejar preguntas abiertas.
Las fuentes de información estables y más fiables son los libros. No debes usar sólo internet. Duda de la información que no quede contrastada en varias fuentes.
Cuando uses información de internet, analiza quién es responsable de las páginas, para juzgar su fiabilidad (por ej., páginas .edu son de universidades o centros educativos de EEUU, páginas .org son de algún tipo de organismo; busca la página principal mediante enlaces o “ascendiendo” en el árbol de carpetas y archivos).
Anota siempre las fuentes de las que vas obteniendo la información. En el caso de páginas web, copia la dirección completa de la página, para poder volver a encontrarla.
Recopila la bibliografía o fuentes de consulta empleadas. En el caso de trabajos escritos, incluye esa bibliografía al final. En el caso de presentaciones, cita la fuente en cada caso (una nota al pie de cada diapositiva).
Deja márgenes amplios en la hoja.
Numera siempre las páginas.
Piensa si conviene incluir algún encabezado o pie.
Incluye una primera página de título; el nombre del autor debe ir ahí, no al final; añade la fecha y, si procede, el contexto (asignatura, jornada, sesión, ...).
Crea apartados o secciones que subdividan el contenido, con su título respectivo.
En la presentación, incluye no sólo las imágenes, sino el texto de los puntos clave que quieres comentar. No sólo ayudarás al público, sino que te servirá de guía para no perderte, mantener el orden y no olvidar ideas importantes. Procura no leer o repetir lo que está escrito, usa frases diferentes o coméntalo.
En cada pantalla debe haber poco texto; no temas dividirla en dos o más sucesivas (quizás compartiendo el título).
En lo posible, procura romper el discurso continuo insertando puntos de pausa, imágenes, comentarios, curiosidades, anécdotas, incluso una nota de humor. Mantendrás mejor la atención del público.
Es conveniente entregar en papel un resumen o una selección del material presentado.
El programa de presentaciones más habitual y ubicuo es PowerPoint de Microsoft, pero hay alternativas igual de buenas y gratuitas, como OpenOffice.org
Asegúrate por adelantado de que el lugar donde vayas a hacer la presentación disponga de los medios físicos (ordenador, proyector, lector para tu CD, USB, etc.) y de los programas adecuados (PowerPoint, OpenOffice...).
Al comenzar el documento de presentación elige sus dimensiones dependiendo de si la vas a proyectar, a imprimir o a filmar diapositivas.(Menú Archivo > Configurar página.) Si cambias las dimensiones después de haber incluido contenido, es posible que éste se deforme o se salga de la pantalla.
No llenes la pantalla hasta los bordes, puede que se recorten al proyectar.
En presentaciones, utiliza letra grande, piensa en los que están al fondo de la sala (mínimo 18 puntos, mejor a partir de 24).
Tanto en presentaciones como en papel, evita las tipografías exóticas: cansan, son menos legibles y además es probable que no existan en el ordenador donde hagas la exposición.
“Fuentes” recomendadas:
Sé consistente en el uso de la tipografía; si decides usar varios tipos de letra, que signifiquen algo (por ej., títulos, comentarios, bibliografía).
El color hace atractivo el contenido, pero siempre con moderación.
Usa los colores de forma consistente.
Evita colores intensos para los fondos, disminuirán la legibilidad del texto.
Hay que ser cauto con las combinaciones de color, particularmente del texto y del fondo. Debe haber suficiente contraste.
Ejemplo: nunca texto rojo sobre fondo azul oscuro.
El color no sólo es “decorativo”, sino una potente herramienta para aportar información: distintos tipos de contenido en distinto color; un uso inteligente del color reduce el número de explicaciones necesarias.
Angel Herráez, 2009